Ingredientes
- 1 frasco de queso tipo Feta La Fromagerie en salmuera de 125 gramos.
- 1 queso crema La Fromagerie de 200 gramos.
- Jalapeños picados al gusto, aproximadamente 3 cucharadas que puedes ajustar dependiendo de tu relación con el picante. Ten en cuenta que el picante puede tender a intensificarse con el tiempo. Para los que no son fans del picante, algo que funciona muy bien para reemplazar chiles en diferentes recetas puede ser el pimentón. Para darle contraste al color de la cebolla morada, el pimentón verde o amarillo se verán muy bien.
- Media cebolla morada picada tan finamente como te guste. También usé aproximadamente 3 cucharadas, pero puedes usar más o menos dependiendo de tus preferencias.
- 2 o 3 dientes de ajo.
- 1 cucharada de miel de abejas.
- 1 cucharada de vino rojo o vinagre de vino rojo.
- 2 o 3 hojas de albahaca fresca.
- 1 tallo de perejil liso fresco.
- Sal y pimienta al gusto.
- Aceite de oliva para decorar.
- Pan árabe o lo que más te guste para dipear.
Quería compartir contigo esta receta que se convirtió en mi comodín para las reuniones improvisadas y los días en los que quiero algo delicioso sin complicarme demasiado. Utilicé mi procesador de alimentos, pero sé que hay algo especial en prepararlo a mano, así que elige el método que más te guste.
En el procesador, mezclar el queso crema, el Feta escurrido (ya que viene en salmuera), el ajo, la albahaca, el perejil, la miel y un toque de vino o vinagre rojo. La clave aquí es no excederte con el procesamiento; queremos sentir esos trocitos de queso y las hierbas en cada bocado. Si prefieres hacerlo a mano, desmenuza los cubos de Feta con un tenedor, pica finamente la albahaca y el perejil. El ajo rallado se integra de maravilla. Mezcla todo con el queso crema, la miel y el vino o vinagre. No te olvides de probar antes de añadir sal y pimienta, ya que el queso tipo Feta ya tiene su toque salado.
Ahora viene la diversión: los jalapeños picados y la cebolla morada. Añade tanto o tan poco como te guste; es tu oportunidad de personalizar el nivel de picante y la textura del dip. Sirve la mezcla en un plato hondo y decóralo con un toque más de jalapeños y cebolla morada. ¡La combinación de colores se ve muy bien!
Para un toque final, un buen chorrito de aceite de oliva hace maravillas. Este pequeño detalle transforma tu dip en algo realmente especial. Ahora, solo queda decidir con qué disfrutarlo. ¿Un pan árabe crujiente o una baguette recién salida del horno? ¡La elección es toda tuya!
Espero que disfrutes tanto como yo al preparar y compartir este dip. ¡Provecho!
